El estudiantado de la Escuela de Minas “Dr. Horacio Carrillo” está en pie de lucha por sus derechos, su educación, su dignidad y su futuro.
El planteo es tan lógico como coherente, simplemente pide volver a clases presenciales, tal cual lo hicieron sus compañeros de todos los colegios y las escuelas de la provincia. Sin embargo, el pedido, tras 18 meses de aulas vacías y alumnos apartados de los claustros, desplazados por reuniones sociales, asados y ritos a la Pachamama celebrados en el establecimiento, es omitido por la autoridad que tiene en sus manos y su conciencia el deber de garantizar y hacer efectivo el derecho a la educación en la Escuela de Minas: El rector de la UNJu, Rodolfo Tecchi.
“Pilato” Tecchi hoy se lava las manos y esquiva su responsabilidad, pero en un futuro no lejano tendrá que dar explicaciones por el nivel cualitativo de sus egresados, carentes de experiencia y conocimiento, por ser hoy víctimas privadas de acceder a clases, producto de las omisiones y la irresponsabilidad del embajador K en la UNJu.
Los alumnos de la Escuela de Minas no tienen Laboratorio, no tienen Educación Física, no tienen materias especiales y en la amplia mayoría de los casos no pudieron ni pisar el colegio en el último año y medio, situación que los pone en clara desventaja respecto de sus pares de la provincia y la región, puesto que los colegios tucumanos dependientes de la Universidad Nacional de Tucumán retomaron plena presencialidad.
¿Cómo es que Tecchi, precandidato a diputado nacional del Frente de Todos, obviamente en campaña, se atreve a hablar de igualdad, de oportunidades y de futuro? Por lo pronto, prefiere huir de escena y censurar la libre expresión de sus alumnos, silenciando legítimos reclamos por redes sociales, en otro acto antidemocrático, negacionista y autoritario de la cultura K. Al mismo tiempo, sus allegados intentan cubrirlo del conflicto, a través de mentiras delirantes e insostenibles, por ejemplo responsabilizando al COE por la falta de clases presenciales. En este marco, pretenden argumentar que la vuelta al colegio es impedida por la falta de aprobación de protocolo de bioseguridad por parte del COE, cuando toda persona con dos dedos de frente y una mínima cuota de sentido común sabe que los protocolos para instituciones educacionales dependen directa y exclusivamente del Ministerio de Educación que, a su vez y oportunamente, formuló una propuesta de retorno paulatino a la presencialidad en forma general y no por colegios específicos y menos aún por una escuela dependiente de la UNJu.
Una vez más queda claro que el kirchnerismo concibe la educación pública como una forma de adoctrinamiento como lo reflejó con contundente fidelidad Laura Radetich, la violenta docente de La Matanza defendida y justificada por el mismo presidente Alberto Fernández; o una usina de ignorantes a los que invita a dejar de lado los libros para “garchar” en días peronistas según el virtuoso pensamiento y rico bagaje de valores explicitados por Victoria Tolosa Paz; o el insostenible modelo Tecchi de puertas cerradas, ausentismo, inequidad, engaños, Pachamama y sandwichitos para todes.
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